Nos encontramos en esta dimensión y experiencia de vida conectados interna y externamente por los 4 elementos fuego, tierra, agua y aire.
Todos los seres humanos estamos creados por ellos y en mayor o menor medida expresamos y somos parte de alguno de ellos. Solemos identificarnos con los cuatro en su conjunto, pero hay uno o dos que predominan en nuestra forma de ser y actuar. También dependiendo de momentos y otros factores en la vida, estos elementos pueden ir cambiando en nosotros y sentir o expresar otro elemento que teníamos más oculto.
Las personas que se identifican más con el fuego, son activas, con iniciativa, muy creativas, les empuja el movimiento, a probar cosas nuevas. Suelen ser muy intuitivas y visionarias, se lanzan por su misión, aunque la motivación no les dure mucho.
Para las personas que se sienten más identificadas con el elemento tierra, les suele gustar hacer las cosas lentamente y disfrutarlas. Van a paso firme y seguro hacia su meta, les apremia la perseverancia y la disciplina.
Suelen ser muy sensoriales y tangibles, se sienten seguras con todo lo material, físico y corporal. Disfrutan de los placeres de la vida, viven en el presente.
Cuando uno siente más el elemento agua, suele estar conectado con todo lo emocional. Le resulta fácil ser empático con las demás personas y estar abierto al servicio de los demás.
Al ser personas más sensibles pueden llegar a sentir en uno mismo las emociones externas de otras personas y lugares que frecuenta. Al igual que el agua que limpia y purifica, estas personas también ayudan a otras a sentirse mejor y a aliviarse, por ello es recomendable e importante purificarse a menudo y soltar energías acumuladas del exterior.
Para los que sienten más el elemento aire, les fascina el mundo de las ideas y de la imaginación. Al ser muy analíticos y mentales, intentan comprender todo con la razón, buscar el por qué de todo, hasta de las emociones, que les suele costar más expresar y sentir, necesitan comprenderlas y analizarlas.
Les resulta fácil la comunicación, el interactuar en grupos, sienten motivación por aprender y estudiar temas complejos.
Es curioso cómo buscamos el o los elementos que nos faltan para un bienestar y equilibrio personal.
Si nos observamos y analizamos qué elementos es el que nos cuesta más, seguramente descubriremos que lo buscamos en el exterior, sin ser tan conscientes de ello.
Pueden ser personas con ese elemento, actividades que realizamos que nos crean bienestar, como leer, ejercicio físico, … o simplemente el contacto con el elemento, como pasar tiempo en la naturaleza y en el mar.